Esta escultura fue instalada junto a la entrada principal de la sede del Parlamento Vasco en 2008 como homenaje y recuerdo a las víctimas del terrorismo. En 2022, debido a la degradación sufrida por su ubicación a la intemperie, se decidió emprender un proyecto de conservación y restauración.
La dirección técnica de los trabajos corrió cargo de Albayalde, en equipo con Lourdes Fernández de la empresa Artingenium, colaboradora habitual de la artista. Las tareas de conservación y restauración fueron llevadas a cabo por Ártyco S.L.
La obra está realizada en gres, con coloraciones cambiantes de tonos rojizos, anaranjados y violáceos. Está compuesta por seis grandes celosías por las que el visitante puede transitar, que reproducen un texto extraído de un cuaderno de navegación del s. XVI escrito en euskera.
Tras el diagnóstico del estado de conservación y la caracterización de los materiales, se han llevado a cabo tratamientos de limpieza, eliminación de biocolonización, sellado de grietas y fisuras, adhesión de fragmentos desprendidos, reintegración cromática y aplicación de hidrofugante. Un plan de mantenimiento y conservación preventiva permitirá la preservación correcta de la pieza en los años venideros.